sábado, 21 de diciembre de 2013

16M



Me acuerdo que ese lunes 16 de mayo de 2011 tenía clase de Ética en el instituto. Apenas tenía 15 años y lo que me gustaba era pegar patadas a un balón, aunque de vez en cuando me sentía bien conmigo mismo leyendo prensa. Eso solo lo hacían los bichos raros, el resto solíamos "pegar patadas a un balón".
Me acuerdo perfectamente cómo mi profesor, "El Cornejo", nos intentaba despertar a todos en la primera hora de clase contándonos no sé qué manifestación en la que estuvo el día anterior. "Era algo diferente. Creedme. Yo estaba alucinando", gritaba mientras toda la clase ignoraba sus aspavientos.

Hoy, mientras veía este documental, pensaba en lo mucho que me hubiese gustado vivir este momento de la historia. El haber aportado mis manos, mi tiempo por un pensamiento común habría sido algo impagable.
Pero ahora, en frío, pienso que claro que estuve allí. Estuvimos allí porque eso sigue estando. No somos conscientes de lo que supuso ese mes. No somos conscientes de los caminos que se han levantado, ramificándose hasta llegar al lugar más recóndito, después de esa erupción de personas. El día a día esta lleno de todo lo que pasó en Sol durante ese tiempo. El día a día habla el mismo lenguaje que el 15M.

Seguramente esté en éxtasis después de ver este documental, no creo que haya sido el único. Tal vez me haya dado un ataque de pasión hacia esto y no lo puedo contener. Tal vez mañana vuelva a "pegar patadas a un balón". Aquellos que tengan dudas sobre lo que allí sucedió, que vean este fantástico trabajo que hicieron personas que allí respiraron, sudaron, observaron, hablaron, escucharon...



Documental "15M: Excelente, revulsivo, importante"

sábado, 14 de diciembre de 2013

El pueblo defiende lo del pueblo


130929 Manifestacion Aserpinto Teatro copiaA un poeta griego se le ocurrió decir que el fuego, el agua y el pueblo no pueden ser domados nunca. No sabía hasta que punto estaba en lo correcto. Conviene recordar que Grecia es la cuna de la democracia -o eso se ha dicho siempre- y con lo que ocurrió este domingo tiene mucho que ver el “poder del pueblo”. Jamás he visto a alguien domando el agua o el fuego; sin embargo, a diario comprobamos cómo el pueblo intenta ser domado y todo aquel que lo intenta acaba guardando el látigo. El pueblo pinteño no iba a ser menos feroz.
Este primer domingo de un otoño -que se intuye plomizo- salieron a la calle en torno a 750 personas para protestar contra la inminente privatización de la empresa municipal Auxiliar de Servicios de Pinto (ASERPINTO) por parte del PP, que dispone de mayoría absoluta, que viene a ser lo mismo que quedarte solo en casa: haces lo que te viene en gana sin consultar nada a nadie, ni a tus vecinos, ni a tu pueblo. Las cifras siempre tambalean; para unos más y para otros menos, aunque fueron contadas por varias personas en distintos puntos para realizar una estimación correcta. Pero eso es lo de menos, el pueblo ha salido a la calle. Ha hablado. Estos días han bajado a las plazas, a los barrios, a la calle para contar a la gente la injusticia que está a punto de cometerse. La concienciación como herramienta para inquietar al poder. Todas esas sensaciones  acumuladas desde hace años estallaron este domingo.
Al grito de “Aserpinto no se vende, se defiende” centenares de manifestantes cortaron las principales calles del municipio para hacerse escuchar. Aún más. Trabajadores y trabajadoras de las áreas a subrogar y de las que no lo van a ser por el momento, abuelos, abuelas, jóvenes, parados, inmigrantes, niños, niñas, familias… Una amalgama de realidades unidas por un mismo sentimiento. La defensa de lo suyo, de lo que les pertenece.
La manifestación comenzó en la Plaza David Martín. Según avanzaban, se iba uniendo gente. Lo suficiente como para despertar a Pinto del letargo dominical y hacer que familias enteras se asomaran a las terrazas o a las ventanas de sus domicilios. No llegaba a ser la calle Estafeta en San Fermines, pero se respiraba un ambiente de unión y de convicción en lo que se estaba haciendo.
Hubo una reivindicación clara hacia la Policía, que dejaban circular a los coches a la vez que la manifestación avanzaba. Aun teniendo el permiso, se tenía la orden de hacer como si nada pasara, comprometiendo la seguridad de las personas que montaban en sus coches, así como la de los manifestantes.130929 Manifestación Aserpinto Calle Santa Teresa copia
El paso de la manifestación por la nave de Aserpinto fue uno de los más emotivos. Los decibelios subieron. Aplausos a compañeros que estaban trabajando y, aunque les gustaría estar hombro con hombro protestando, no podían. Pegado a la nave de Aserpinto está el instituto público Pablo Picasso, una pena que fuese domingo, día no lectivo. La lección para los chavales habría sido enorme.
Cuando la cabecera de la manifestación llegó a la puerta de la nave de Aserpinto, el final de la misma no había llegado aún al Centro Comercial Plaza Éboli. Al realizar una parada frente al Centro de Salud Solores Soria y la actual sede del Partido Popular en Pinto, había gente que aún no había girado de la calle Santa Teresa para incorporarse al Paseo de Dolores Soria. Los vecinos de Pinto sabrán que son tramos bastante largos para que sólo hayan 150 o 200 personas, según informan PIMER, Policía y demás fuentes que aseguran un bajo número de asistentes.
Antes de que la manifestación entrara a la zona del Templete del Egido, le preguntamos a una persona miembro de las fuerzas de seguridad del Estado-que no diremos qué fuerza es para no comprometerle- y nos comunicó que “no he contado, he echado un vistazo, pero de los 200 no pasan”. Informamos a este trabajador que, había gente dividida en varios puntos contando a gente y luego poniendo cifras en común para sacar una estimación más o menos de cuánta gente había asistido y le comunicamos que tras realizar 4 recuentos, la manifestación no había bajado de los 750 asistentes desde su inicio.
Gracias al ímpetu del viento y al esfuerzo de la gente las banderas ondearon y el mensaje iba llegando al corazón de Pinto. Era el turno de las calles estrechas y el pueblo, que se adapta a cualquier medio, serpenteó hasta  al parque Egido. Allí concluiría la manifestación con los discurso del comité de empresa, que daría a voz a todos los trabajadores. La conclusión de emociones se produjo en el templete del parque; que bien sirve para que los niños cambien cromos, como para la celebración de conciertos de música. En la misma plataforma se subieron la mayoría de trabajadores de Aserpinto –algunos no quisieron salir en la foto de la protesta para evitar represalias- arropados por aplausos. Aplausos, de verdad. Aún así se les dijo” subid, que vean que estamos unidos y que luchamos tanto por los que se quedan como por los que se van”-se referían hacia los compañeros de Administración de Aserpinto.130929 Manifestación Aserpinto en el Egido II copia
Una ovación que duró el tiempo necesario para que fuera recíproca: los trabajadores de Aserpinto agradecieron encarecidamente el apoyo de los vecinos. Cuando Miguel Ángel Olmos, miembro del Comité de Empresa de Aserpinto terminó su intervención detrás de la de otros muchos compañeros, se comprometieron a contar a todos los trabajadores que habían subido al Templete a apoyar a sus compañeros. El nerviosismo aumentaba según se pasaba de los 50, creció a los 80 y cuando llegó al número de 120 muchos pelos se erizaron, y no fue precisamente por el frío. Es más, en esos momentos salió el sol entre las nubes. 
Si casi 180 puestos están en peligro, y hay 120 personas que se atrevieron a subir y apoyar a sus compañeros, es que algo realmente está pasando con la privatización de Aserpinto.
En el gran parque había espacio de sobra, pero la sensación de unión era tan grande que costaba pensar en el momento del final. Seguramente, el final de Aserpinto esté ya decidido. Es lo que pasa cuando hay una mayoría absoluta, te quedas sólo en casa y no te lavas los oídos: no escuchas lo que el pueblo dice.
Entre los manifestantes ronda la misma pregunta, “¿sirve esto para algo?”. Quedarse de piernas cruzadas en casa –seguro- seguro que no sirve para nada. 
Por cierto, otra cosa que tampoco sirve de mucho es intentar domar al pueblo.
130929 Manifestación Aserpinto en el Egido copia

Publicado en Éboli News el día 23 de septiembre de 2013

Aserpinto no se baja de la bicicleta

El día era para seguir pedaleando. No dejaron de hacerlo durante la calurosa tarde de domingo, ni los ciclistas de la Vuelta España que pasaron por nuestra localidad, ni los vecinos afectados por la inminente privatización de la empresa municipal Aserpinto. Ambos grupos fueron protagonistas -a pesar de que determinados medios de comunicación hiciesen oídos sordos-  de lo acontecido en la jornada de ayer.
130915 Trabajadores calle cataluña copiaLos ciclistas llegaron en pelotón, juntos, haciéndose notar; igual que los manifestantes, que pronto decoraron los alrededores con carteles informativos. Un gran número de familias pinteñas alentaron a los participantes durante la última etapa de la competición a lo largo de la calle Cataluña –irónico que la Vuelta España pase por esa calle hoy día- y en la rotonda de la Guardia Civil. El éxtasis y el griterío que causó el paso de La Vuelta fue efímero. Los asistentes se marcharon, dejando las calles vacías y bajo un silencio imperante. 


Pronto se encargaron los manifestantes de llenarlo. Repartidos con sus pancartas por todo el recorrido que empezaba a desmontarse, las familias afectadas por la subrogación de la empresa municipal se unieron y organizaron una movilización –no prevista- por las calles pinteñas. Sin dejar de pedalear, los manifestantes gritaban al unísono contra las medidas de ajuste del Partido Popular, que ya tan acostumbrados nos tienen en los territorios que gobierna. En este caso se trata de una posible externalización de un servicio público como es Aserpinto, que lleva desde 1997 dando trabajo a vecinos pinteños y que, curiosamente, según afirman muchos de los trabajadores “los dos últimos años con el PP en el ayuntamiento se ha realizado una campaña de desprestigio para que la empresa se ganase una mala imagen de cara al pueblo”. A raíz de esto, entre el tumulto de la protesta se escucha una pregunta que podría explicar perfectamente la decadencia de los servicios durante estos años: “¿No os parece raro que ya no haya bodas cada fin de semana en el Parque Juan Carlos I?”. La protesta iba enderezándose poco a poco, en dirección a la casa de la alcaldesa Miriam Rabaneda. Escoltados por agentes policiales, familias, con sus niños y niñas, no cesaron de mostrar su indignación ante la postura de un partido que parece excusarse en el contexto económico para disfrazar medidas ideológicas. El tiempo pasaba y se seguía pedaleando. Los policías detuvieron a los protestantes obligándolos a identificarse, puesto que se trataba de una manifestación ilegal, no había sido autorizada y estaba formada por más de 20 personas -cerca de 100-.
Al llegar de forma totalmente pacífica al chalet de la alcaldesa, las familias se encontraron a 20 policías custodiando el edificio. No hubo acoso, ni perturbación a la privacidad de Miriam Rabaneda, más allá de los gritos que se fueron repitiendo durante la protesta. “Demasiado buenos somos en comparación con lo que nos hacéis” decía cabizbaja una trabajadora mientras los participantes de la manifestación abandonan la movilización. Pregunto a Nuria Rodríguez Garrido, presidenta del comité de empresa y secretaria general de la sección de UGT, si existe la posibilidad de detener la privatización de Aserpinto: “No va a ser fácil, pero lo último que se pierde es la esperanza”. Pues eso, a seguir pedaleando.




Publicado en Éboli News el día 16 de septiembre de 2013.